FACHADAS

Del mismo modo que sucede con los objetos, todos sabemos que los edificios también sufren modificaciones y cambios visibles con el paso del tiempo. Sobre todo, las fachadas son las partes que más se ven afectadas por su gran exposición exterior. Por ello, es muy habitual observar, mientras caminamos por la calle, diversos inmuebles que han tenido una degradación progresiva en forma de humedades, grietas y desconchones. Este deterioro es debido a que las fachadas no han contado con un mantenimiento adecuado.

En este sentido, las razones que impulsan a una comunidad de vecinos a contratar la reforma de una de las partes más importantes de su bloque son muy variadas. Algunas de las más habituales son un grave deterioro que puede resultar peligroso para los viandantes, por razones estéticas o por filtraciones de agua. Además, en otras ocasiones también se inician este tipo de trabajos para mejorar el aislamiento térmico de la fachada, reduciendo así un elevado gastos de las viviendas en calefacción y aire acondicionado.

A la hora de acometer la rehabilitación de una fachada es imprescindible que esta sea evaluada por un profesional, es decir, por un arquitecto o un arquitecto técnico. Tras la evaluación, el profesional os indicará la solución más aconsejable para el tipo de fachada. Sin embargo, las cuatro alternativas más frecuentes son:

  • Rehabilitación de fachadas con enfoscado de cemento. El proceso consiste en recubrir la fachada con un mortero de cemento. Si bien este sistema tiene un coste inicial más bajo que el de las siguientes opciones, implicará a la larga un mayor mantenimiento. Además, no garantiza un ahorro posterior, ya que no cuenta con aislamiento térmico.
  • Rehabilitación de fachadas con mortero monocapa. Como su nombre indica, se trata de un revestimiento de fachada ejecutado con una sola capa de un mortero compuesto por cemento, aditivos, fibras y áridos. Pese a no mejorar el aislamiento exterior, sus características técnicas resultan interesantes y ofrece una amplia gama de texturas y colores.
  • Rehabilitación de fachadas con sistema SATE. Sus siglas responden a Sistema de Aislamiento Térmico Exterior y constituye una de las mejores alternativas por su buena relación calidad-precio. En resumen, se trata de revestir la fachada con planchas aislantes y de aplicar posteriormente un enfoscado protector y decorativo.
  • Fachada ventilada. Es un procedimiento similar al anterior, si bien las planchas que se emplean acostumbran a ser de madera, metal, piedra o cerámica y no necesitan enfoscado posterior. Aunque es una de las opciones más caras, vale la pena porque garantiza un resultado correcto y duradero.